Crónica de un hombre de 6 pies, 6 pulgadas.

He tenido la dicha, la bendición de ser un muchacho ''rendío'' gracias a mi herencia genética, cuento con unos 6 pies y 6 pulgadas de estatura, sin tener que haber jugado ni Bingo para obtener tal tamaño, cosa que me ha traído jocosidades y momentos también de incomodidad y verguenza, de las cuales quisiera compartir para el disfrute de cualquiera que pase por este mi humilde blog.

El tamaño ha sido motivo de problemática a nivel social y cultural, imagínense, aquí la estatura promedio es de uno 5''9 y viene este mangansón por encima de todos, claro que se van a sorprender, pero es dificil ya que tuve que comenzar a pedir mis zapatos por internet a la tierna edad de 13 años, ya yo ni pasaba por la tienda Los Muchachos, donde me querían vender forzados unos zapatos 9 cuando ya yo era 13, recuerdos que me persiguen por las noches...

También cuando tengo que valerme del transporte público para moverme, tratar de encajar en un Datsun 120Y del 1977 es toda una maravilla de la naturaleza, siempre quedo con la espalda en el techo, y si tengo suerte tengo espacio para sacar una mano afuera para evitar el calambre de la misma, creo que eso me ha llevado a tener problemas de escoliosis.

En el avión, siempre me sientan en el asiento al lado de la puerta, ya que este es el lugar donde sobra bastante espacio para estirar mis piernas y no llegar gangrenado a mi destino, pero para montarse ahí, hay que aprender a abrir la puerta en caso de emergencia y de ser necesario, ayudar a las azafatas, como no tengo remedio, siempre accedo. Creo que ya casi puedo volar el bendito avión de tantas veces que me enseñan esas cosas.

Pero el momento donde creo que más cosas me pasan es cuando estoy de compras y en la playa, siempre soy el objeto de atención, la gente se me queda mirando como si yo fuera un mutante que salió de una de las cloacas o de la orilla del río Ozama, en realidad no sé cual es la cosa conmigo, siento como me escanean de arriba abajo sin disimular nada, como si yo fuera una atracción turística y yo estoy supuesto a ser visto así. a eso tengo que añadirle los comentarios que se logran escuchar: ''mira que laigo ejese'', o cuando estoy en la playa dicen ''ese no se ajoga en la mai (en el mar)'' los niños casi me buscan la escalera a ver si pueden subírseme encima, la madre viene a despegarme a su cría de encima no antes de haberme mirado como si fuera un Rayos X humano.

Hay algunos osados que se me acercan para hacerme una mini-entrevista la cual parece que la enseñan en algún sitio porque siempre son las mismas preguntas, las cuales son;

* Compadre, uté si e grande, cuanto uté mide? 6''10, 7 pies ?

- 6''6. Respondo calmadamente.

* Y uté juega bakebol?

- no, no juego.

* Y pelota, no juega pelota? Ute debe bajar la bola rápido!

-pelota tampoco, me gusta pero no juego - ya aquí comienza un ataque de ira.

* Diaaaaaaablo, uté con ese tamaño no juega? Yo fuera uté y tuviera firmao con los Yankees ganando millones, Jesús que desperdicio! (se retira balbuceando cosas de cómo el viviría si fuera yo)

Lo del cuestionario me pasa con una frecuencia de 5 veces por semana, cosa que me motivó a diseñar un t-shirt con las respuestas de las mismas preguntas, para matarles el gallo en la funda (un saludo a mi amigo Tirso, socio de Guanabanation, responsables de realizar mi diseño)

En fin, son tantas las cosas que me suceden a diario que vale la pena abrir otro blog para relatar estas historias, ya que es curioso ver a un tajalán como yo, que no juega basket ni pelota, viviendo en este rincón del mundo, hasta luego!